Hermafrodita, 1995

Acrílico sobre cartón

81,4 x 43,4 cm.

 

 

Carlos FRANCO

Carlos Franco (1951) se inicia en la pintura a comienzos de los años setenta y su obra se enmarca dentro de la corriente de la Nueva Figuración madrileña. En sus temas estudia

los símbolos del inconsciente colectivo. Desde este punto de indagación se debe entender su recurrencia al clasicismo, los motivos mitológicos y la transculturalidad; es decir, la búsqueda de raíces y necesidades comunes, en el fondo, del comportamiento humano.

La obra que hoy nos ocupa nos lleva la mitología, se trata de un hermafrodita. Hermafrodito, joven de extraordinaria belleza, deja su lugar de nacimiento a los dieciséis años para viajar por Asia Menor hasta llegar a un importante pozo en el que vivía la ninfa Salmacis, que se enamoró de él. Hermafrodito no mostró ningún interés en ella e incluso la rechazó, aunque no renunció a bañarse en su pozo. Salmacis aprovechó la ocasión y se metió en el agua con él, abrazándole y rogando a los dioses para que quedasen unidos eternamente. Su deseo se hizo realidad y se fusionaron en una única criatura, hermafrodita, con órganos sexuales masculinos y femeninos. Hermafrodito, descontento con esta transformación, rogó a sus padres que a cualquier hombre que se sumergiese en el pozo de Salmacis le fuesen otorgados atributos femeninos como a él. Este deseo también se cumplió.

 

 

 

ABRIL-NOVIEMBRE 2021

MCCB- Plaza de San Jorge

CIUDAD MONUMENTAL DE CÁCERES