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Cuando la dictadura franquista agotaba sus últimos años, un grupo de pintores se revolvió contra las convenciones estéticas de la época y derramó color y trazos gruesos sobre lienzos empapados de influencias estéticas de la cultura pop y del cómic. El grupo formado por artistas como Carlos Alcolea, Chema Cobo, Luis Gordillo, Guillermo Pérez Villalta, Manolo Quejido, entre otros, recibió el nombre de “Esquizos” ya que era así como les denominaban los pintores del grupo barcelonés Trama. Este nombre se debe a su empeño por dedicarse a la pintura figurativa en un momento en el que la abstracción, las performances y los nuevos lenguajes eran las corrientes dominantes, iniciando así lo que se conoce como La Nueva Figuración Madrileña.

Trabajaron vinculados desde 1970, últimos años del franquismo, hasta 1985, en la Transición Democrática, inmersos en la explosión cultural, conocida como La Movida madrileña que experimentó la capital española. A base de experimentar y recrear sus propias vivencias y contradicciones, abrieron una brecha expresiva por la que se acabó abriendo paso la efervescencia cultural de los ochenta. Sus obras, cultas e irónicas, se caracterizan por romper las fronteras entre la cultura de elite y la cultura popular aunando elementos antagónicos, como la clara influencia de Duchamp y el interés en la pintura como disciplina, atendiendo al color, el dibujo y la técnica